martes, 29 de noviembre de 2011

Ceguera artificial

Cómo no sentir que puedo volar, si la inmensidad se presenta ante mi.
Cómo no abrazar la noche, si su majestuosidad alumbra más que cualquier día.
Cómo no querer soñar, si en los sueños nos volvemos creadores infinitos.
Cómo no desear un sonrisa, si me hipnotiza su brillo.
Cómo no sentirse pleno, si la tranquilidad se manifiesta a cada instante.
Cómo no querer abrir los ojos, si los matices relucen dentro de mi.

(Te encuentras en medio de lo azul, un paisaje listo para ser contemplado. Te abraza un clima cálido al mismo tiempo que te invade la mágica e inexplicable sensación de no saber ni dónde estás pero sentirte completamente parte de. Volteas a tu alrededor y no ves nada más que una sutil mezcla de color en la que predomina la certeza de saberte parado justo donde algún día soñaste. Respiras paz y suspiras realidad.)

¿Cómo es que algunos prefieren no darse cuenta?