jueves, 3 de febrero de 2011

Ceguera

Hace ya un tiempo que no me detenía a escribir o mejor entendido a escucharme. Y es que mi vida ha dado tantos giros ultimamente que suelo olvidar la manera en que el concepto velocidad influye en mi vida. ¿Cuántas veces me lo han dicho? No corras... observa, detente, respira, inspira y sigue caminando. Es fácil decirlo, como todos sabemos; es fácil entenderlo, como pocos sabemos; lo verdaderamente difícil es dejar de pensarlo, como no hacemos.


Sin embargo hoy, me entró con mucha fuerza una energía dormida que susurró deliciosamente ligeras y nuevas palabras. Quisiera compartirlas pero aún no comprendo su significado, son cosas que suceden mientras sueño. Recorro y creo ese camino desconocido que me se de memoria manteniendo los ojos cerrados. Nunca había sentido tanta seguridad en medio de la obscuridad, jamás había percibido la tranquilidad que me da la inceridumbre. Que tonto afán el de querer saber la respuesta antes de siquiera formularnos bien la pregunta.


Faltan muchos ojos por abrir, entretanto me dejo llevar por el cíclope que me renueva con tan sólo contemplarse a sí mismo... y es que al fin puedo verme reflejada o cautivada por su sabiduria.

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