
lunes, 14 de febrero de 2011
Noctámbulo

jueves, 3 de febrero de 2011
Ceguera
Hace ya un tiempo que no me detenía a escribir o mejor entendido a escucharme. Y es que mi vida ha dado tantos giros ultimamente que suelo olvidar la manera en que el concepto velocidad influye en mi vida. ¿Cuántas veces me lo han dicho? No corras... observa, detente, respira, inspira y sigue caminando. Es fácil decirlo, como todos sabemos; es fácil entenderlo, como pocos sabemos; lo verdaderamente difícil es dejar de pensarlo, como no hacemos.
Sin embargo hoy, me entró con mucha fuerza una energía dormida que susurró deliciosamente ligeras y nuevas palabras. Quisiera compartirlas pero aún no comprendo su significado, son cosas que suceden mientras sueño. Recorro y creo ese camino desconocido que me se de memoria manteniendo los ojos cerrados. Nunca había sentido tanta seguridad en medio de la obscuridad, jamás había percibido la tranquilidad que me da la inceridumbre. Que tonto afán el de querer saber la respuesta antes de siquiera formularnos bien la pregunta.
Faltan muchos ojos por abrir, entretanto me dejo llevar por el cíclope que me renueva con tan sólo contemplarse a sí mismo... y es que al fin puedo verme reflejada o cautivada por su sabiduria.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Nuevo viejo, viejo nuevo

martes, 9 de noviembre de 2010
Formas, sueños y sonidos

lunes, 1 de noviembre de 2010
Lecciones de vida
Lección 4: La diferencia entre creer y crear radica en proponer; yo prefiero crear.
Lección 5: A veces olvidamos que el poder que tienen las máquinas fue obtenido gracias a nosotros.
Lección 9: Muchas veces la aparente destrucción es la que nos lleva a esa gran reconstrucción.
Lección 10: Atreverse no es solo saltar, sino comprender y disfrutar la energía que nos mueve a eso.
Lección 12: "El mundo" pocas veces esta preparado para escuchar lo que tu propia alma ya comprendió; aprende a compartir.
Lección 13: Deseos ávidos por comprender lo que sucede nos alejan de experimentarlo.
Lección 14: Para elevarse es necesario comenzar a bajar.
Lección 15: Cuando un equipo cree en sí mismo, la energía no deja de fluir; eso para mi es la verdadera pasión.
Lección 16: Cuando por fin decides compartir es porque el mundo demostró estar listo.
Lección 17: Cuando miras hacia atrás y te percibes diferente significa que aquel dolor valió la pena.
Lección 18: Creer en uno mismo es el primer paso para elevarse; yo creo.
Lección 19: El miedo nos lleva a tomar la decisión de dejar de tomar decisiones.
Lección 21: Lamentable pero cierto el creer que nos tenemos que acostumbrar, debe ser mera convicción.
Lección 22: Seguir adelante no significa olvidar, sino recordar para crecer.
Leccion 23: ____________________________________________
domingo, 17 de octubre de 2010
Consecuencias...
¿Cuales son las verdaderas consecuencias de nuestros actos? ¿Estamos conscientes y por lo consecuente preparados para afrontarlas? Sinceramente no lo creo, incluso porque yo me consideré en algún momento como esas personas que no gustan de pensar en las consecuencias... justificando ese hecho con el cliche "Estoy viviendo el momento, disfrutándolo" Pero lo que verdaderamente encierra esa frase es un 80% de egoísmo y un 20% de falta de interés en la situación.
Inexorablemente la naturaleza del hombre -talvez eso lo justifique un poco- es creativa e imaginativa. Es uno de nuestro dones como seres pensantes y dada esa característica no podemos evitar el darle múltiples interpretaciones a un hecho, que evidentemente la mayoria de las veces, suelen ser falsas. Ya que dejamos de lado la parte racional e involucramos emociones y sentimientos que, como la mayoría hemos experimentando, son cosas inexactas, inmedibles e inexplicables.
Lo anterior me lleva a reflexionar sobre lo siguiente: ¿Qué tan grave es?
Mi respuesta está dividida... talvez porque sigo siendo incapaz de separar la razón del sentimiento o probablemente porque muchas veces me rehuso a vislumbrar lo que no quiero que suceda -manifestandose de nuevo mis razones divididas-. Pero sabemos que siempre habrá 2 lados de la historia, tendremos que escoger el camino por recorrer y decidir de que manera ser. No podemos seguir fragmentando nuestra realidad para volverla fantasiosa y surreal y definitivamente no debemos seguir esperando que las cosas se acomoden de la manera que dibujamos mentalmente. Se sabe lo dificil que es convivir con nuestro lado racional y emocional sin embargo, es más difícil negarlo ya que la solución a muchos problemas radica en empezar a verlos como tal.
Pero entonces, ¿por qué es tan dificil comunicarnos entre nosotros, decir la cosas como son y actuar coherentemente? La respuesta -y por primera vez estoy segura de ella- es el miedo. Ese complejo sentimiento vive limitando lo que somos. Todos estamos impulsados a actuar por miedo, algunas veces nos lleva a tomar decisiones de las que no nos arrepentimos pero muchas de las veces, nos lleva a tomar la decisión de dejar de tomar decisiones y eso es lo no menos grave que triste de mi reflexión. Que absurda la manera en la que somos y más aún, la que esperamos que sean. Sigo en el constante debate conmigo misma para poder dejar de dividir mis acciones. Lo que quiero es etender que necesito actuar con la razón guiada por el corazón. No se trata de dividir, sino de complementar.
Tan contradictorio como parezca, mi complemento ideal en este momento es la razón.
jueves, 30 de septiembre de 2010
Mi última vez
¿Cuándo fue la última vez que tuviste el coraje de detener el ritmo del mundo para simplemente contemplar?
Me sobrepasa la frustración al considerar la posibilidad de alejarme de la rutina, y es que nos hemos vuelto tan sistemáticos que muchos detalles que nos pueden brindar alegría diaria y natural son ignorados. Me gustaría saber cuantos de nosotros nos hemos dado el tiempo para cumplir ese deseo que nos consume… ¿cuándo fue la última vez que quisimos sobrepasar nuestros propios limites? Es difícil pensar que somos invencibles, más bien es difícil creer que lo somos; todo radica en esa bella palabra, creer. Si nos diéramos la oportunidad de creer en más cosas (incluyendo en nosotros mismos), seríamos capaces de sentir maravillas a cada instante.
Insisto, ¿cuándo fue la última vez que quisiste gritar fuertemente en medio de un día agitado (o sea diario)? ¿Y por qué no hacerlo?, ¿por qué seguir creyendo que las cosas funcionan de determinada manera? Si funcionarán no sentiríamos esa constante necesidad por nuevas emociones, no buscaríamos la tentación, no nos sentiríamos atraídos por la duda y el misterio. Claramente estamos hechos para mucho más, aunque nos cueste trabajo creer que estamos listos. Me gustaría que todos encontrarán el tiempo para creer en sí mismos…cierra los ojos y encuentra tu lugar.
P.d. Que esta no sea la última vez que te detengas a escuchar y a dejar sentir.